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EJERCICIOS DE KEGEL; FORTALECE EL SUELO PÉLVICO

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que se suele relacionar con el envejecimiento. Sin embargo, una de cada tres mujeres de edades más tempranas la sufren, afectando así a su calidad de vida. A pesar­­­­ de ser muy frecuente, sigue siendo un tema tabú en la sociedad. Desde atención primaria es interesante preguntar por ello, informar, normalizar la situación y hacer ver que es un problema que puede tener fácil solución.


El tracto urinario inferior incluye la vejiga y la uretra, las cuales están sostenidas por el suelo pélvico o periné, un conjunto de músculos, fascia y ligamentos (mantienen también en suspensión otros órganos abdomino-pélvicos como el útero y el recto). Estos evitan la fuga de orina y heces y si no funcionan adecuadamente se pueden desarrollar trastornos, por eso, es importante que mantengan la fuerza y el tono necesarios. Cuando se debilitan pueden producirse prolapsos, incontinencia y también problemas sexuales. 


¿Cuáles son las causas?

La incontinencia puede ser repentina y desaparecer después de un período corto, o permanecer en el tiempo. Existen varios factores que pueden precipitarla o agravarla:

  • Genética: algunas mujeres nacen con una musculatura del suelo pélvico más débil o que tiende más a debilitarse.
  • Embarazo: las hormonas producidas durante el embarazo y el aumento de peso, a medida que avanza la gestación, pueden alterar la capacidad del suelo pélvico para contener la orina.
  • Parto: el descenso de cabeza del bebé hasta alcanzar la vagina causa un máximo estiramiento de la musculatura del suelo pélvico, quedando en algunas ocasiones, más laxa de forma permanente.
  • Menopausia: los cambios hormonales pueden afectar también.
  • Cirugía ginecológica: intervenciones, como la extirpación del útero (histerectomía), o tratamientos, como la radioterapia, pueden alterar los nervios o las estructuras anatómicas.
  • Sobrepeso: el exceso de peso y la obesidad aumentan la presión dentro del abdomen y, por tanto, sobre la vejiga.
  • Estreñimiento: el sobreesfuerzo abdominal para conseguir evacuar las heces distiende la musculatura del suelo pélvico, debilitándola.
  • Tabaco: fumar favorece la aparición de tos crónica que, a su vez, provoca un aumento de la presión abdominal.
  • Trastornos cerebrales y nerviosos.
  • Esfuerzos físicos: como los que se hacen al practicar deportes de impacto (baloncesto, tenis, atletismo, aeróbic, etc.), pesas o flexiones, que aumentan la presión en el abdomen.
  • Música: tocar instrumentos de viento o practicar canto.
  • Beber demasiado: más de 1,5 litros de líquidos al día puede empeorar la incontinencia.
  • Estimular la vejiga tomando bebidas con cafeína, alcohólicas o gaseosas. Esto estimula excesivamente la vejiga y aumenta las ganas de ir al baño.
  • Enfermedades respiratorias (alergias, asma) pueden agravar el problema por la tos o los estornudos.
  • Aguantarse las ganas de orinar de forma persistente.

¿Cuáles son los tipos más frecuentes?

  • Incontinencia urinaria de esfuerzo: al realizar un esfuerzo (reír, estornudar, ejercicio físico, coger peso o ponerse de pie), aumenta la presión en el abdomen y la vejiga, y la orina sale de forma involuntaria. El escape puede ser desde unas gotas a un chorro. Es la más frecuente en mujeres y la que mejor responde a los ejercicios de Kegel.
  • Incontinencia urinaria de urgencia: ganas repentinas de orinar (aunque tengas poca orina en la vejiga) sin poder retenerla antes de llegar al baño (vejiga hiperactiva). Las mujeres con incontinencia urinaria de urgencia orinan más veces, tanto de día como de noche.
  • Incontinencia urinaria mixta: presenta síntomas de ambas.

¿Cómo fortalecer el suelo pélvico?

Los ejercicios de Kegel fomentan que se contraiga de forma voluntaria esta musculatura. Para ello, previamente se ha de educar al paciente en la anatomía más básica, el funcionamiento de la misma y después, cómo realizarlos. Este procedimiento lo ideó el ginecobstetra norteamericano Arnold Kegel, en la década de 1940, para ayudar a las mujeres a recuperar el control urinario y la función sexual después del parto, pero el entrenamiento regular es beneficioso y saludable en todo el proceso del ciclo vital, no solo como tratamiento sino también como prevención.

Los profesionales de enfermería de atención primaria desempeñamos un importante papel a la hora de detectar y prevenir estos trastornos, a través de la educación para la salud. Se ha de comenzar en edades tempranas porque todas las mujeres pueden sufrir alteraciones.

Imagen obtenida de Freepik.

Pasos para los ejercicios de Kegel:

1. Localizar los músculos del suelo pélvico: para ello, cortaremos el chorro durante la micción (realizar de manera puntual para aprender, hacerlo de forma rutinaria podría causar el efecto contrario, debilitándolos o incluso causar daño en la vejiga y riñones). Otra manera es contraer los músculos del esfínter anal como si se estuvieran conteniendo gases, imaginar estar sentada sobre una canica e intentar cogerla con la vagina o que vas a tener una pérdida menstrual y no llevas compresa, por lo que aprietas para retener el flujo

2. Repeticiones lentas: El objetivo es realizar los ejercicios apretando 10 segundos. Relajar y repetir 10 veces. Si los músculos se cansan antes (algo que es normal al inicio) se puede comenzar por 3-4 segundos y después de un tiempo realizándolos, ir subiendo progresivamente

3. Repeticiones rápidas: Apretar y soltar tan rápido como sea posible, repitiendo 10 veces. 2 segundos de contracción

4. Reeducación: Se coloca una mano sobre el abdomen, bajo el ombligo, y se contrae el suelo pélvico mientras se tose, manteniendo la contracción. Es importante que la mano del abdomen no sea empujada hacia fuera. Debe convertirse en un hábito en determinados esfuerzos de la vida diaria (como la tos, estornudos, levantar peso, saltos, etc.) para actuar como protección del suelo pélvico en estas situaciones. Cuanto más se practique, más fácilmente se convertirá en una acción automática.

5. Ayudas externas: Se pueden hacer ejercicios usando pesas especiales. Colocar a modo de tampón, dejando el hilo fuera y retener unos 15-20 minutos, una o dos veces al día (se debe comenzar con 5 minutos e ir aumentando progresivamente). Mientras tanto, se ha de caminar o realizar las actividades de la vida diaria. Presenta ventajas como la asegurar que la contracción se la correcta, ofrece buenos resultados en poco tiempo y su uso es muy sencillo.

  • Bolas chinas: se debe comenzar con una y posteriormente ya introducir las dos.
  • Conos vaginales: se debe comenzar con el más ligero e ir cambiando hasta llegar al de mayor peso que se pueda retener.

Cosas a tener en cuenta:

  • Previamente cerciorarse de que la vejiga está vacía.
  • Como confirmación de que son los músculos correctos, se puede introducir un dedo en la vagina y contraer, sintiendo cómo aprieta el dedo y se eleva. Los muslos, glúteos y abdomen deben permanecer relajados. Se puede colocar una mano en el abdomen para comprobar que no se contrae.
  • No aguantar la respiración, respirar con normalidad o tratar de coordinar los ejercicios con la misma (inhalar profundo y al exhalar lentamente, contraer, y al inhalar de nuevo, liberar la contracción).
  • Resto del cuerpo relajado.
  • Es muy importante que se relaje el suelo completamente entre cada contracción.
  • El tiempo de relajación es el doble que el de contracción.
  • Si siente dolor cuando hace los ejercicios de Kegel, deje de hacerlos de inmediato. Los ejercicios de Kegel no son dañinos, pero no son adecuados para todas las personas. Cuando se hacen correctamente, la mayoría de las personas los encuentran relajantes, si siente dolor postejercicio, puede que no los esté realizando correctamente.
  • Es muy importante el grado de cumplimiento. Deben realizarse de 5 a 7 días a la semana, tres o cuatro veces distribuidas y para que sean efectivos, al menos durante 3 meses. Pueden pasar varios meses hasta que la incontinencia disminuya y si se dejan de realizar, es posible que el problema retorne, por lo que en muchos casos, su práctica es de por vida. Después de 6 semanas de ejercicio regular, muchas mujeres informan mayor sensibilidad genital y aumento de tono muscular. Además, son útiles si las relaciones sexuales son dolorosas o se ha visto disminuida la sensibilidad, dificultando la estimulación.
  • Se pueden realizar en cualquier momento, sentado, acostado, de pie, a cuatro patas e incluso durante algunas actividades cotidianas como ver la televisión, paseando, en el ascensor, cocinando… Ir cambiando de posición favorece la calidad del ejercicio realizado. Sin embargo, para aprender, es mejor tumbado y en un ambiente tranquilo, favoreciendo una mayor concentración.
  • Aunque nos hemos centrado en las mujeres (ya que son las que sufren un mayor deterioro de la musculatura del suelo pélvico), estos ejercicios se pueden utilizar como opción terapéutica también en hombres y en la incontinencia fecal.

BIBLIOGRAFÍA:

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MEDLINE https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000141.htm

NIH https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-urologicas/consejos-ejercicios-kegel

UBE (urología basada en la evidencia) https://urologiabe.com/2017/06/04/ejercicios-de-kegel-que-son-y-como-se-hacen/

EDUBLOG https://enfermeriauva.blogspot.com/2016/12/ejercicios-de-kegel.html

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Manciles Marin I, Lizarreta Egaña P, Esnal Lasarte O, Múgica Samperio C. Rehabilitación del suelo pélvico. Hospital Universitario de Cruces. Osakideta.

Juárez Jiménez MªV, De La Cruz Villamayor JA , Baena Bravo AJ. Puntos clave en los ejercicios de Kegel. Med fam Andal. 2018; Vol 19(1): 53-58.

Redondo Limiñana L, Gallardo Bayón C, Lorenzo Urbina C. Manual sobre incontinencia urinaria. SCA-TENA. Avalado por la Asociación Española de Urología.

Fecha de última modificación: 11/04/2021