La Diabetes Mellitus puede producir lesiones cutáneas y úlceras en el 25% de los pacientes que la padecen, debido a que los niveles elevados de glucosa en sangre van a afectar a los vasos sanguíneos produciendo una arteriopatía y a los nervios periféricos causando neuropatía.
Además, los pacientes que padecen esta enfermedad tienen un elevado riesgo de infección, provocando importantes complicaciones generales o locales.
Por eso, es importante que además de trabajar el control glucémico, se trabaje la prevención de aparición de lesiones educando al paciente, a reconocer los riesgos y las medidas preventivas que puede el mismo llevar a cabo, para evitar así que aparezcan lesiones, las cuales son difíciles de curar, y que con frecuencia tienen facilidad para desarrollar complicaciones.
Los cuidados que deben realizar son:
Revisarlos todos los días, con buena iluminación. Si no pueden que se ayuden con un espejo.
Lavarlos diariamente con agua templada un máximo de 10 minutos.
Secarlos bien, sin frotar, y aplicar crema hidratante. Teniendo especial cuidado con los espacios interdigitales.
Revisar que las uñas no tengan un color oscuro, un aspecto laminar o se engrosen.
Cortar las uñas en línea recta y utilizar una lima de cartón para pulir los bordes.
Evitar andar descalzo.
No colocar los pies cerca de fuentes de calor.
Vigilar que no se producen cambios de temperatura o de color de la piel.
No cortar, ni quitar durezas, ni usar callicidas.
Buscar heridas, cortes o ampollas. Si aparecen acudir a enfermería.
Por eso, hemos realizado una infografía, donde quedan recogidos todos estos cuidados que debe realizar una persona que padece Diabetes Mellitus.
Las personas con diabetes necesitan adoptar medidas para mantener sus niveles de glucemia bajo control, el ejercicio físico aumenta el consumo de glucosa por parte de las células musculares, por lo que su práctica contribuye a disminuir la glucemia tanto durante la realización del mismo como en las horas siguientes.
Los objetivos del ejercicio físico en estos pacientes van a ser:
Mejorar el control glucémico
Disminuir el riesgo cardiovascular
Retrasar la aparición de complicaciones asociadas a la enfermedad.
TIPOS DE EJERCICIO FISICO
Ejercicio Aeróbico: involucra grandes grupos musculares en actividades dinámicas que resultan en aumentos de la capacidad cardiovascular. Dentro de este tipo de actividad, caminar es el ejercicio más popular entre los pacientes, debido a que es el que mejor se adapta a las capacidades individuales, tiene poco riesgo de lesiones y no requiere habilidades específicas ni infraestructuras especiales.
La Asociación de Diabéticos Americana (ADA) recomienda episodios de al menos 10 minutos de este tipo de actividad estableciendo como objetivo los 30 minutos diarios.
Las ultimas recomendaciones aconsejan hacer ejercicio a diario o al menos no dejar pasar más de 48h entre sesiones. Además, se debe ir progresando tanto en duración como en intensidad a medida que pase el tiempo hasta llegar a 150minutos/semana de actividad física moderada o 75minutos/semana de actividad intensa.
Ejercicio de fuerza: ejercicio anaeróbico diseñado para incrementar la fuerza muscular, la potencia y la resistencia mediante la variación de la resistencia a vencer, numero de series y tiempo de descanso entre ellas. Los efectos de este tipo de ejercicio se limitan a los músculos que se han utilizado para realizarlo.
Las últimas recomendaciones de la ADA son realizar este tipo de ejercicio 2-3 veces/semana en días no consecutivos.
Ejercicios de flexibilidad: se concentran principalmente en el estiramiento y relajación de todas las extremidades. Ayudan a incrementar la capacidad de movimiento, agilidad y flexibilidad de las articulaciones.
Se recomienda realizar este tipo de ejercicios al menos 2 veces/semana, pero, a pesar de todos los beneficios que proporcionan, la ADA recomienda no sustituir los ejercicios aeróbicos o de fuerza por éstos, ya que no se han asociado a mejoras en el control glucémico, composición corporal ni con la acción de la insulina.
Ejercicios de equilibrio y coordinación: enfocados principalmente en músculos que permiten el equilibrio y la estabilidad corporal. Realizarlos puede ayudar a prevenir caídas y ayudan a preservar la independencia.
Se recomienda su realización 2-3 veces/semana.
El HIIT (high intensity interval training) o ejercicio interválico es una “nueva” modalidad de ejercicio que alterna periodos cortos de ejercicio de alta intensidad (ejercicio anaeróbico) con periodos de recuperación a través de ejercicios de baja intensidad o descansos. Según la ADA, esta modalidad promueve el aumento de la sensibilidad a la insulina y del control glucémico en diabéticos tipo II y se puede realizar sin deterioro del control glucémico en diabéticos tipo I
La modalidad que obtiene mejores resultados a través de entrenamiento a largo plazo es la combinación de ejercicio aeróbico y de fuerza (COMBO), pudiendo incluir ambas modalidades en la misma sesión o en días alternos.
Varios metaanálisis han puesto de manifiesto que tanto el ejercicio aeróbico como el de fuerza tienen un efecto beneficioso con un descenso aproximado del 0,6% de la hemoglobina glicosilada (HbA1C).
PRESCRIPCION DE EJERCICIO FISICO EN EL PACIENTE DIABETICO
Las sociedades científicas recomiendan realizar una valoración médica a los pacientes con DM antes de iniciar un programa de ejercicios o una actividad deportiva, tanto para saber si existe alguna enfermedad o complicación que pueda manifestarse o agravarse con la práctica del ejercicio, como para planificar y programar el mismo.
La evaluación incluirá la historia, el examen físico (incluyendo examen del fondo de ojo, examen de los pies y la detección de neuropatía), electrocardiograma (ECG) de reposo y, posiblemente, prueba de esfuerzo.
La prescripción del ejercicio se hará según las necesidades y preferencias del individuo con el fin de obtener el máximo beneficio para la salud con los menores riesgos.
Para ello es importante tener en cuenta los descriptores del ejercicio físico, que se engloban dentro del acrónimo FITT (frecuencia, intensidad, tiempo y tipo), ya que es necesario que el entrenamiento sea estructurado para lograr beneficios en el control glucémico. La influencia de la intensidad, la frecuencia y la duración del ejercicio sobre el control de la HbA1c ha sido analizada, y en este sentido, la realización de más de 150 minutos semanales y la práctica de ejercicio aeróbico de más intensidad se han asociado a mayores descensos de la HbA1c.
A pesar de que toda sesión de entrenamiento siempre debe ser individualizada, existen una serie de puntos de la estructura general que deben cumplirse:
Fase de calentamiento: duración de 10-15 minutos. Debe constar de tres partes fundamentales que deben seguir este orden.
Movilidad articular: rotación y movimientos suaves de los distintos ejes articulares.
Activación cardiorrespiratoria: desplazamientos suaves que impliquen l totalidad del organismo.
Estiramientos, preferiblemente dinámicos de los grandes grupos musculares.
Fase de ejercicio: en esta fase se realizará el entrenamiento prescrito.
Fase de recuperación: reducir progresivamente la intensidad de la fase de ejercicio en los últimos 5-10 minutos hasta la situación de reposo. Por último, se realizarán estiramientos, en este caso estáticos, con el fin de recuperar y relajar el tono muscular.
Los mecanismos de adaptación al ejercicio obligan a revisar periódicamente la prescripción del ejercicio inicial. Según la Sociedad Española de Diabetes (SED) existen tres etapas de progresión:
Etapa inicial: El objetivo de esta etapa es preparar al paciente para la práctica de ejercicio evitando lesiones y experiencias desagradables que hagan que abandone su práctica. La duración de esta fase dependerá de la condición cardiorrespiratoria que posea el paciente pudiendo ir desde 2 semanas hasta 10.
Etapa de mejora de la condición aeróbica: Suele ser la fase más larga. En esta etapa se producen las mejoras más importantes mediante el incremento progresivo de la intensidad y la duración del ejercicio.
Etapa de mantenimiento de la condición aeróbica: el objetivo en esta fase es mantener el nivel alcanzado en las etapas iniciales. Se incluirán variaciones en los ejercicios para mantener la motivación del paciente.
RIESGOS DEL EJERCICIO FISICO EN EL PACIENTE DIABETICO
Hipoglucemia: es el más frecuente, puede aparecer durante o después de la práctica de ejercicio físico, en ocasiones durante el sueño. El riesgo es mayor en pacientes DM tipo I o aquellos con tratamiento insulínico.
Hiperglucemia y deshidratación: sobre todo en pacientes con un mal control metabólico. Se debe evitar la práctica de ejercicio físico en condiciones tanto de calor como de frio extremos.
Eventos Cardiovasculares: arritmias, claudicación… En el caso de pacientes con enfermedad cardiovascular asociada se deberían evitar actividades hipertensivas, como ejercicios de alta intensidad o levantamiento de grandes pesos.
Hemorragia vítrea o desprendimiento de retina: en pacientes con retinopatía proliferativa. En estos pacientes estaría contraindicado ejercicios en los que la posición de la cabeza sea inferior a la del resto del cuerpo, aquellos que aumenten de forma brusca la TA, así como cualquier ejercicio en el que se realice la maniobra de Valsalva. El buceo también estaría contraindicado por la presión que ejerce el agua.
Lesiones en los pies: estos pacientes deben evitar ejercicios que supongan traumatismos repetidos de cierta intensidad. Si existe neuropatía periférica se deben evitar caminatas prolongadas. Son aconsejables los ejercicios en medio acuático cuidando muy bien el secado y deben evitar andar descalzos. Estaría contraindicado el ejercicio en caso de presencia de úlceras.
PRECUCIONES DEL PACIENTE DIABETICO EN RELACION CON EL EJERCICIO FISICO
Control de glucemia. El nivel ideal de glucemia en el paciente diabético antes del ejercicio según la ADA es de 90-150 mg/dl. Si la glucemia es menor de 90mg/dl habría que ingerir una dosis de HdC antes de su realización. Si la glucemia es mayor de 250 mg/dl con cetonuria o mayor de 300 mg/dl sin cetonuria habría que posponer la sesión de ejercicio. Es muy importante que la persona sepa reconocer los signos y síntomas de la hipoglucemia y sepa cómo actuar. REGLA DEL 15
Tratamiento con insulina, en caso de necesitarlo, conocer tipo de insulina, dosis y estrategias de ajuste y corrección para el tipo de ejercicio previsto. Evitar hacer ejercicio durante el pico de acción de la insulina.
Consumo de líquidos antes, durante y después del ejercicio.
Siempre que se pueda, realizar el ejercicio acompañado y evitar lugares solitarios y alejados.
Cuidado de los pies. Revisarlos diariamente, buena hidratación de la piel impidiendo la formación de durezas. Cuidar las uñas. Utilizar zapatillas deportivas con buena amortiguación, para reducir el impacto del pie en el suelo, y calcetines de poliéster o mezcla con algodón, para evitar las erosiones y el aumento de la humedad.
La medición intersticial de glucosa es un avance tecnológico que permite a los pacientes con Diabetes Mellitus monitorizar su glucemia prescindiendo casi por completo de la medición capilar.
Existen múltiples dispositivos que miden la glucosa intersticial, comúnmente llamados sensores, que realizan dos tipos de medición para el paciente: una monitorización continua de glucosa y una medición flash. Os recordamos que para ampliar información en este tema, hace unos meses realizamos una sesión clínica sobre los nuevos dispositivos tecnológicos en la diabetes mellitus, que podéis consultar haciendo click aquí.
En este post vamos a hablar sobre el sensor freestyle libre 2, ya que actualmente se está comenzando a distribuir en los Centros de Salud de Salamanca para aquellos pacientes que lo tienen financiado.
Pero antes, un breve repaso de los conceptos básicos.
Medición intersticial
La medición intersticial es aquella que mide la glucosa en los tejidos, a diferencia de la capilar que realiza medición en sangre. En condiciones de estabilidad glucémica, la glucosa capilar (GC) y la intersticial (GI) no difieren significativamente. Pero en casos de subida o bajada rápida de la glucosa, puede existir un retraso fisiológico de aproximadamente 10 minutos.
GC – glucosa capilar GI – glucosa intersticial
Los momentos de menor estabilidad glucémica son, por ejemplo, en hipoglucemia, después de las comidas, tras realizar ejercicio, después de administrar dosis de insulina de acción rápida, etc.
En situaciones en las que las flechas de tendencia nos indiquen un cambio rápido de la glucosa, será aconsejable cotejar con medición capilar para prevenir hiper o hipoglucemia.
Ejemplos de valores de glucemia intersticial (GI) que precisan comprobación con glucemia capilar (GC)
Sensores de glucosa intersticial
Como explicamos en nuestra sesión clínica, hay dos tipos de medición intersticial: flash (MFG) y monitorización continua (MCG).
Los sensores MCGenvían datos continuamente al receptor (lector o smarthphone) mediante tecnología bluetooth. Al estar conectados todo el tiempo, el paciente puede conocer sus cifras de glucemia y la tendencia sin necesidad de acercar el lector al sensor, y poseen alarmas de hipoglucemia a hiperglucemia.
Los sensores flash precisan que el paciente aproxime el lector para obtener la medición y la tendencia, pero no tiene alarmas ya que no recibe datos a no ser que el paciente lo haga intencionadamente.
Como sabemos, el FreeStyle 1 se encontraba financiado en la mayoría de Comunidades Autónomas, pero actualmente han comenzado a distribuir el nuevo sensor FreeStyle 2.
Como novedad principal, este nuevo modelo posee alarmas en tiempo real de hiperglucemia, hipoglucemia y alarma de pérdida de señal, ya que en esta ocasión el sensor envía datos al receptor mediante bluetooth.
¿Eso lo convierte en un MCG? NO. Veamos el por qué:
Aunque como explicamos, es cierto que existe conexión bluetooth entre el sensor y el lector, y se envían datos continuamente, el nuevo sistema funciona como antes: precisa escanear el sensor con el receptor (lector o smartphone) para captar los datos de las últimas horas y visualizar la curva. La diferencia es que cuando los niveles de glucemia estén elevados o bajos (programado previamente por su usuario), el sistema nos avisará en el receptor.
¿Cómo? Nos manda un aviso pero no nos dice qué glucemia tenemos, sino que requiere que el paciente aproxime el lector para realizar una medición, visualizando así la glucemia y dejando claro en este punto que no se trata de una monitorización continua.
En este vídeo realizado por la empresa Abbott, se explica cómo configurar las alarmas y el funcionamiento de las mismas:
Tutorial | ¿Cómo utilizar las alarmas con la App FreeStyle LibreLink? – Abbott
También es importante saber que para que comiencen a funcionar estas alarmas debemos actualizar el software de nuestro lector a la versión 2.4.8 y la app librelink. En este enlace podéis seguir los pasos necesarios para realizarlo con seguridad.
Las alarmas se encuentran desactivadas por defecto. Si el paciente decide no utilizarlas, el sensor funcionará igual que el FreeStyle 1.
Debido a la situación actual en la que nos encontramos por el virus Sars-Cov-2, se está limitando o posponiendo la realización de grupos de educación diabetológica hasta que se puedan llevar a cabo con seguridad. Dependiendo del manejo del paciente con las nuevas tecnologías, o la experiencia previa que tenga con el sensor FreeStyle, puede ser necesario un entrenamiento previo antes de su utilización. Por lo tanto, os aconsejamos que antes de comenzar a utilizar los sensores FreeStyle 2, se contacte con la Unidad de Educación Diabetológica de cada hospital para que indiquen como proceder en caso de precisar formación.
Antes de finalizar el post, os dejamos dos referentes en diabetes mellitus y en nuevas tecnologías: Don Sacarino y Un Jedi Azucarado. Ambos publican contenido muy interesante y gracias a sus blogs y páginas web podéis resolver muchas de vuestras dudas sobre la enfermedad. Os animamos a consultarlos y estar al tanto de sus actualizaciones.