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Fisioterapia Respiratoria en Pacientes con COVID-19

En algunas ocasiones, las personas que tienen la enfermedad COVID-19 precisan ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos si se presentan complicaciones, especialmente respiratorias. Durante su ingreso es habitual que tengan que ser sometidos a sedación y ventilación mecánica invasiva durante varios días, alterando la función de los músculos respiratorios y la ventilación espontánea del paciente. Debido a este tipo de secuelas, los pacientes pueden necesitar seguimiento por parte de un equipo de fisioterapia para recuperar una óptima función respiratoria y ventilatoria para favorecer la expulsión de secreciones, asegurar la correcta ventilación de los pulmones e ir recuperando poco a poco la tolerancia a la actividad.

Imagen obtenida en Freepik

¿Qué es la fisioterapia respiratoria?

La fisioterapia respiratoria es un tipo de fisioterapia que se encarga de la prevención y estabilización de diferentes enfermedades o complicaciones del aparato respiratorio y cuya finalidad es mantener o mejorar la función respiratoria.

La fisioterapia respiratoria tiene muchos beneficios para pacientes con problemas respiratorios: Facilita la movilización y expulsión de secreciones, mejora la ventilación de los pulmones y por tanto la oxigenación, mejora la disnea y la tolerancia a la actividad, previene infecciones pulmonares…

¿Qué pacientes que han tenido o tienen la COVID-19 deben derivarse al equipo de fisioterapia?

Según las guías más recientes, los pacientes con COVID-19 susceptibles de recibir fisioterapia respiratoria pueden ser:

  • Personas con síntomas leves y/o neumonía, que tengan antecedentes de comorbilidad respiratoria o neuromuscular como fibrosis quística, EPOC, bronquiectasias, lesiones medulares u otro tipo de enfermedades neuromusculares
  • Personas que presentan sintomas leves y/o neumonía y que presenten dificultad o incapacidad para expectorar secreciones de forma independiente
  • Personas con síntomas graves que sugieran infección del tracto respiratorio inferior con necesidad de oxigenoterapia, fiebre, disnea, tos frecuente o con alteraciones del sistema respiratorio en las pruebas de imagen
Imagen obtenida en Freepik

Desde Atención Primaria podemos identificar pacientes que puedan beneficiarse de la fisioterapia respiratoria y realizar una consulta telefónica con aquellos que han recibido el alta hospitalaria tras un ingreso por enfermedad por coronavirus o que durante el aislamiento domiciliario hayan presentado algún tipo de complicación o se observe algún antecedente de enfermedad respiratoria o neuromuscular.

Una vez detectada la necesidad del paciente, podemos ponernos en contacto con el equipo de fisioterapia del centro y derivar el caso para que el paciente pueda beneficiarse de un tratamiento complementario al resto de cuidados y que podrá prevenir complicaciones en su calidad de vida a largo plazo.

Fisioterapia respiratoria en el centro de salud La Alamedilla

El equipo de fisioterapia del centro de salud La Alamedilla de Salamanca ha creado una iniciativa para fomentar la fisioterapia respiratoria y hacer un seguimiento activo y personalizado de los pacientes que puedan beneficiarse de este tratamiento.

Para que un paciente reciba este servicio, puede ser derivado por los profesionales de Atención Primaria tras revisar su historia clínica y valorar la indicación de la fisioterapia respiratoria. A través del programa informático Medora podemos acceder a la agenda que han creado y citar a los pacientes. Al igual que el resto de servicios sanitarios, las consultas serán no presenciales por vía telefónica. En la primera llamada, el equipo de fisioterapia hará una valoración inicial del paciente para planificar el tratamiento. Después se le recomendarán ejercicios adaptados a su situación y se le hará un seguimiento telefónico para valorar su evolución e ir introduciendo nuevos ejercicios o recomendaciones. A veces los pacientes no solo necesitan fisioterapia respiratoria sino también tratar distintas contracturas o lesiones que pueden tener como consecuencia de ingresos prolongados en UCI o si se han agravado problemas que tuvieran ya previamente. En ocasiones y si el equipo lo considera oportuno el paciente puede acudir de forma presencial al centro de salud por indicación de los profesionales con cita previa y tomando todas las medidas de seguridad oportunas.

En la página web del centro de salud de La Alamedilla se pueden encontrar varios ejercicios respiratorios que podemos recomendar a los pacientes al derivarlos al equipo de fisioterapia.

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Test Diagnósticos de Infección por COVID-19

Dentro de las noticias de actualidad acerca del coronavirus, unas de las más repetidas estos días son acerca de tests o pruebas cuya finalidad es detectar casos de pacientes positivos en COVID-19: «La PCR», «El test rápido» «Los anticuerpos»… Sin embargo, dentro de estas pruebas existen varios tipos de muestras, medidas y resultados que debemos saber diferenciar; y ciertas indicaciones que conviene conocer de cara a su realización e interpretación. En este post hablaremos de las pruebas diagnósticas de infección por COVID-19 más utilizadas actualmente y daremos algunas pinceladas sobre su indicación.

Tipos de test

Determinación de PCR en exudado faríngeo

Esta prueba puede detectar el material genético del virus. Es la prueba que tiene mayor sensibilidad y especificidad y por tanto es la más fiable, por lo que es considerada de primera elección. Sin embargo, solamente puede realizarse si se cuenta con un laboratorio adecuadamente equipado. Un resultado positivo en esta prueba indicaría infección aguda.

Para asegurarnos de que el resultado es fiable, la muestra debe ser recogida de forma adecuada y en una fase de la enfermedad en la que haya suficiente carga viral. Si el resultado fuese negativo pero existiese una gran sospecha clínica, es recomendable repetir la prueba.

Para una correcta toma de la muestra nasofaríngea, el paciente debe inclinar la cabeza hacia atrás. El hisopo se introduce a través de la fosa nasal hasta la nasofaringe y se debe rotar suavemente para coger la cantidad de exudado necesaria. Después se introduce el hisopo en el tubo, se corta la parte saliente y se cierra el tubo. Las muestras deben almacenarse y transportarse según el protocolo vigente.

Imagen de Medivisuals

Test de detección de anticuerpos en sangre capilar

Son los conocidos como test rápidos, ya que el resultado se obtiene en unos 15 minutos (para la lectura se debe esperar como mínimo 10 minutos pero sin superar los 20 minutos). Esta prueba detecta la respuesta de anticuerpos frente a la infección: IgM (que indica infección aguda) e IgG (que indica infección pasada).

La interpretación de los resultados debe realizarse con prudencia debido a la significativa tasa de falsos negativos en la detección de IgM. Esto se debe a que la respuesta de la IgM en un paciente infectado puede tardar en aparecer desde unos días a dos semanas, dependiendo de su respuesta inmunitaria.

Algunos estudios muestran que durante los primeros siete días desde el inicio de los síntomas menos de un 40% de los pacientes han generado IgM detectables; por lo que esta prueba no nos sirve para descartar un caso durante los primeros días de la infección. Respecto a las IgG, su presencia después del séptimo día de evolución nos indicaría un contacto previo con el virus; pero no nos permite descartar una enfermedad activa de COVID-19 mientras persistan las IgM.

Por tanto, a pesar de la rapidez con la que podemos obtener resultados, esta prueba no tiene suficiente sensibilidad ni especificidad y sus resultados son muy variables, por lo que un resultado negativo no nos permite descartar la enfermedad y actualmente, ante un paciente sintomático con resultado negativo en esta prueba, se reevaluará con una prueba más sensible, como es el caso de la PCR.

Tabla obtenida de las «Indicaciones y procedimiento de utilización de test diagnósticos de infección COVID-19». Versión 8 de abril, Gerencia Regional de Salud, Junta de Castilla y León.

Test de detección de anticuerpos totales

El test es parecido al anterior, con la diferencia de que este detecta anticuerpos totales, sin diferenciar las IgG y las IgM. Al igual que el otro test, un resultado negativo no excluye el padecer la enfermedad ya que su valor predictivo negativo es bajo. Por tanto, los pacientes sintomáticos con resultado negativo en esta prueba deben realizarse una PCR.

Actualmente esta prueba se utiliza a modo de cribado rápido ya que un resultado positivo confirma la infección y esto supondría una reducción del número de PCR, que se realizarían solamente a pacientes con resultado negativo. También pueden informarnos de si un paciente ya ha superado la enfermedad o si pacientes asintomáticos en aislamiento han generado anticuerpos.

En pacientes con síntomas de más de 7 días de evolución, estos tests demuestran una especificidad del 100% y una sensibilidad del 80% (sin tener en cuenta el tiempo de evolución, la sensibilidad es del 64%).

Test de detección de antígenos en exudado faríngeo

Son test rápidos que detectan las proteínas virales generadas en los primeros días tras el inicio de los síntomas (de 1 a 5 días). Son menos sensibles que las PCR y al igual que en el resto de test de detección de anticuerpos, ante un resultado negativo debe realizarse PCR. Existen pocos datos acerca de la sensibilidad y especificidad de este tipo de prueba.

Algunos apuntes sobre los tests rápidos

Los test rápidos de determinación de anticuerpos son fáciles de realizar e interpretar, por lo que permiten agilizar la realización de pruebas al no depender de la capacidad de los laboratorios, evitando así también su sobrecarga.

En general su valor predictivo positivo es bueno pero el valor predictivo negativo es bajo. Esto quiere decir que nos sirven para confirmar casos pero no para descartarlos y que por tanto, un resultado negativo requiere la realización posterior de una prueba de PCR, que actualmente es el Gold standard.

Estudios demuestran que los anticuerpos empiezan a generarse a partir del sexto día desde el inicio de los síntomas. Casi el 50% de los casos leves y graves tienen anticuerpos totales a los 7 días y el 100% a los 15. Esto quiere decir que si estas pruebas se realizan a los pocos días de la aparición de los síntomas, el resultado es menos fiable.

De ahí la importancia de realizarlas cuando los protocolos vigentes lo indiquen, ya que supondrá una gestión más eficiente de los recursos y los resultados serán más fiables. Que los tests sean rápidos no significa que sean precoces.

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¿Hacemos un buen uso de los servicios de urgencias?

Continuamente leemos u oímos sobre la saturación de los servicios de urgencias o incluso podemos vivirlo, pasando horas en las salas de espera hasta ser atendidos. Esta saturación se debe a varios motivos que intervienen en el proceso de atención:

  1. La afluencia de pacientes y la gravedad de sus procesos.
  2. La gestión y rendimiento del servicio de urgencias, condicionado por los sistemas de triaje y los recursos materiales y humanos.
  3. La salida de los pacientes del servicio de urgencias, que puede alargarse a la espera de ambulancias de traslado o de una habitación disponible si el paciente va a ser hospitalizado.

Por tanto, en estos eslabones podemos identificar varias causas que justificarían la saturación de las urgencias: por una parte, la dotación de recursos materiales y humanos para dar la asistencia, la falta de camas libres en las plantas de hospitalización o la falta de ambulancias de traslado; pero por otra parte, recordando el primer escalón, el uso inadecuado de estos servicios por parte de los pacientes, que se debe muy frecuentemente a la falta de información que tiene la población sobre los recursos disponibles.

¿Cómo funciona un servicio de urgencias?

En primer lugar vamos a definir algunos conceptos:

  • Urgencia: según la OMS, una urgencia sanitaria es «aquel problema o patología cuya evolución es lenta y no necesariamente mortal, pero cuya atención no debe retrasarse más de seis horas».
  • Emergencia: «aquel problema o patología, generalmente de aparición brusca, en la que existe un compromiso serio para la vida cuya evolución llevaría a la muerte en un tiempo corto (inferior a una hora), o riesgo de secuelas irreversibles».

Como habéis podido comprobar, muchas patologías que se atienden en los servicios de urgencias no se corresponden con esas definiciones. Entonces ¿cómo se puede saber cuánto tiempo puede esperar un paciente que acude a urgencias y cómo va a ser atendido si tiene que esperar a que atiendan al resto? Para eso existe el triaje.

El triaje (o triage, el término francés) es una forma de clasificación de pacientes según su gravedad. Existen muchos sistemas de clasificación para distintas situaciones. En el caso del complejo asistencial de Salamanca se utiliza el Sistema de Triaje Manchester (MTS), que clasifica a los pacientes en 5 niveles de atención según su gravedad:

  • V: Sin urgencia. El paciente puede esperar hasta 4 horas a ser atendido. Patologías agudas o crónicas que no comprometen el estado general.
  • IV: Urgencia menor. Debe ser atendido en menos de 2 horas. Potencialmente sin riesgo vital para el paciente.
  • III: Urgencia. Atención en menos de 1 hora. Paciente estable pero con potencial riesgo vital y que probablemente necesite pruebas complementarias.
  • II: Emergencia. Atención en 10-15 minutos. Situaciones de riesgo vital, inestabilidad o dolor muy intenso.
  • I: Reanimación. Atención inmediata. Paciente desestabilizado y en situación crítica.

¿Cómo puedo utilizar adecuadamente los servicios de urgencias de Salamanca?

En la ciudad de Salamanca las urgencias pueden atenderse a través de los servicios de urgencias de Atención Primaria o Puntos de Atención Continuada, Urgencias Hospitalarias o a través del servicio de Emergencias Sanitarias (112). Tener unas nociones sobre cómo podemos utilizar estos recursos contribuirá a una atención adecuada a las necesidades y más rápida tanto para nosotros como para el resto de pacientes.

Urgencias en Atención Primaria y Puntos de Atención Continuada

Sacyl recomienda que en caso de necesitar atención sanitaria que no pueda esperar a una próxima cita para la consulta ordinaria de Atención Primaria, primero acudamos a estos servicio.

Si tu Centro de Salud se encuentra abierto, allí pueden atenderte de urgencia. Debemos ir al mostrador del centro de salud y pedir que nos den una cita de urgencia. Una vez asignada, un profesional nos atenderá ese mismo día; a veces incluso nuestro propio médico de cabecera.

Si tienes una urgencia fuera del horario de tu Centro de Salud, puedes acudir al Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) que se encuentra en la Calle Valencia, en la puerta trasera del Centro de Salud San Juan. Este servicio también ofrece asistencia telefónica y a domicilio en algunos casos, como el de los pacientes inmovilizados. Para contactar con el servicio, se debe llamar al número que aparece en la parte trasera de la tarjeta sanitaria como «Teléfono de urgencia».

Algunas preguntas frecuentes:

Vivo en Salamanca pero no soy de allí y no tengo asignado un Equipo de Atención Primaria ¿Tengo que ir al hospital? No, puedes acudir al Centro de Salud más cercano para pedir que te hagan una tarjeta de desplazado y te asignen un Equipo de Atención Primaria.

¿Y si mi problema necesita alguna prueba o tratamiento que no pueden hacer en el Centro de Salud? El personal que te atienda lo valorará y en caso de ser así, te dará un informe para que acudas al hospital.

¿Qué tipo de urgencias se atienden en el Centro de Salud? Algunos ejemplos de urgencias de Atención Primaria pueden ser: cortes que precisen sutura, quemaduras u otras heridas, dolores de aparición brusca y corta evolución (como migrañas o lumbalgias intensas), molestias al orinar, infecciones respiratorias o fiebre de corta evolución…

Urgencias Hospitalarias

Sacyl señala que se debe acudir a este servicio cuando se indique desde Atención Primaria o cuando una situación clínica repentina precise una atención inmediata por razones de riesgo vital, con medidas diagnósticas o terapéuticas exclusivas del medio hospitalario.

Emergencias Sanitarias (112)

El 112 es el número único de emergencias europeo y es gratuito. Cuando llamamos ante una emergencia, un operador nos hará una serie de preguntas que debemos responder de la forma más precisa posible, manteniendo la calma. En caso de necesitar asistencia sanitaria, pasarán la llamada a un profesional sanitario que seguirá pidiéndonos información y nos indicará cómo actuar hasta que llegue la ayuda.

Urgencias pediátricas

Si se trata de una urgencia de Atención Primaria y el Centro de Salud está abierto, el niño o niña será atendido por el pediatra del centro.

Si el Centro de Salud está cerrado o la situación lo requiere, debemos acudir a las Urgencias Pediátricas Hospitalarias, en el Hospital Clínico Universitario (el SUAP no atiende a población pediátrica).

El uso inadecuado de los recursos

Cuando un servicio se utiliza de forma inadecuada, se entorpece su funcionamiento y a las personas que lo necesitan. Algunos consejos importantes sobre las urgencias que pueden mejorar la calidad de la atención, el tiempo de espera y el bienestar de la población son:

  • No acudir a urgencias por procesos de larga evolución (semanas, meses o años). Si ha pasado ese tiempo, se puede esperar a una cita en Atención Primaria, donde podrán hacer un seguimiento continuado del proceso.
  • No utilizar las urgencias como medio para adelantar citas con especialistas. Si tardan mucho en dar una cita, podemos acudir a atención al paciente para que nos informen o incluso pedir una hoja de reclamaciones para que esa espera conste a la administración.
  • No acudir para la realización de analíticas, radiografías u otras pruebas. La vía adecuada es a través del médico de familia.
  • No utilizar las urgencias por comodidad o cercanía.
  • Si acudimos a un servicio de urgencias debemos cumplir las normas del mismo:
    1. Acudir con un solo acompañante por persona.
    2. Hablar en voz baja y tener el teléfono móvil en silencio.
    3. Esperar pacientemente a la información. Si no tenemos noticias desde hace 3 horas, podemos preguntar.
    4. Las urgencias son un espacio de respeto donde la atención se realiza por orden de gravedad y no de llegada.

Un buen uso de los Servicios de Urgencias mejora la calidad y prontitud en la atención al paciente grave y puede evitar esperas y pruebas innecesarias en casos de patologías de rápida solución.

Fecha de última modificación: 20/02/2020

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Feliz 2020: El Año de la Enfermería y la Matrona

En mayo del año 2019, la OMS celebró su 72ª Asamblea Mundial de la Salud en Ginebra. Allí, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de dicha organización, propuso declarar el 2020 como el año de la enfermería y la matrona, que además coincide con el bicentenario del nacimiento de Florence Nightingale, madre y precursora de la enfermería moderna. La propuesta fue aprobada de forma unánime. Esta decisión ha sido celebrada tanto por el CIE (Consejo Internacional de Enfermeras) como por los miembros del movimiento Nursing Now del que ya os hablamos en otra ocasión.

Imagen publicada por el Colegio Oficial de Enfermería de Guadalajara

Se considera que esta iniciativa nos proporcionará una nueva visión sobre lo que es capaz de hacer la figura de la enfermera moderna e “iluminar el camino” (como hacía Nightingale con su lámpara) hacia la cobertura sanitaria universal y la salud de todas las personas. Nos permitirá además concienciar a la sociedad de apostar por una profesión que en los últimos años ha experimentado un desarrollo profesional, técnico y científico y de que todo este potencial puede ser aprovechado en múltiples ámbitos y en todas las etapas vitales de las personas.

Desde el Consejo General de Enfermería (CGE) se planea poner en marcha acciones y campañas mediáticas y sociales durante el año que acaba de empezar, con la intención de repercutir de forma positiva en la salud de la población pero también en las condiciones de trabajo de los profesionales de la enfermería.

Una mirada al pasado: de dónde venimos y dónde vamos

La labor de cuidar es tan antigua como la humanidad y ha evolucionado a lo largo de la historia: en sus orígenes se daba en el ámbito familiar y doméstico, hasta que las primeras civilizaciones del mundo antiguo empezaron a reconocer la labor de las parteras como Fenáreta, la madre del filósofo Sócrates, el cual se inspiró en su trabajo para definir el método mayéutico: ayudar a los hombres a “dar a luz” las nociones que ya conocen de antemano.

Con la expansión del cristianismo, el cuidado de los enfermos lo realizaban los miembros de las órdenes religiosas como los Benedictinos o los Franciscanos y se fundaron multitud de hospitales, como el de las Hermanas de la Misericordia en Granada, fundado por San Juan de Dios, patrón de la enfermería.

Hasta la edad contemporánea la enfermería no empezaría a reunir un cuerpo de conocimiento propio y unos estudios reglados. Fue en 1820 cuando Elisabeth Fry fundaría la primera escuela de cuidados del mundo y que marcó un precedente en la formación reglada de las enfermeras. En 1836 Theodor Fliedner y su esposa Friederike Münster crearon una escuela para las llamadas Diaconisas de Kaiserweth, que recibían formación teórica médica, farmacológica e incluso ética pero también contaban con 3 años de prácticas rotatorias, incluyendo atención domiciliaria. Finalmente el gran paso lo daría una de sus alumnas: Florence Nightingale, que fundó en 1860 la Nightingale Training School for Nurses en el hospital Saint Thomas de Londres, la primera escuela laica de enfermería del mundo y que entre otros muchos trabajos elaboró la primera teoría enfermera: la teoría del entorno.

Florence Nightingale con sus alumnas del hospital St. Thomas

A partir de Nighitngale la enfermería empezó a desarrollar multitud de modelos y teorías para definir la profesión, sus funciones y su finalidad. Todas las enfermeras han estudiado alguna vez los modelos de Henderson, Orem, Roy, Peplau, Rogers…

En 1955 se empezaría a hablar de Proceso de Atención de Enfermería, que terminaría configurándose con sus 5 fases cuando en 1976 se incluyó la fase del diagnóstico enfermero, un concepto tan importante que en 1982 se crearía la NANDA (North American Nursing Diagnosis), y con ella se empezaría a desarrollar la clasificación de diagnósticos enfermeros, que actualmente cuenta con 244 diagnósticos.

Por otra parte, en España, las especialidades enfermeras empezaron a legislarse en 1987 y la carrera de enfermería pasó a ser un grado en 2008, suponiendo un gran paso para la profesión, ya que se ampliaron las posibilidades de crecimiento profesional, y se facilitó el acceso a campos como el de la investigación o la docencia.

En 2020 nos encontramos una nueva oportunidad de hacer historia: concienciar sobre la realidad de la labor enfermera, fundamental para lograr una salud efectiva en todo el mundo, especialmente teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida y de la prevalencia de enfermedades crónicas que desplazan el “curar” a un segundo plano y exigen “cuidar” y “prevenir” como base de los sistemas de salud.

Fecha de última modificación: 03/01/2020

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Personas con Baja Visión

¿Qué es la baja visión?

Las personas con baja visión experimentan una importante reducción de su visión, que no mejora con el uso de gafas, lentillas o tratamientos farmacológicos o quirúrgicos. Esto les supone una dificultad para realizar algunas actividades de la vida diaria. Puede deberse a muchas causas como enfermedades oftalmológicas (degeneración macular, glaucoma, retinopatía diabética, retinosis pigmentaria…) o también por lesiones neurológicas, enfermedades infecciosas, malformaciones congénitas y accidentes. Debido a esto, dentro de lo que se conoce como baja visión no existe una sola manera de ver, sino que los síntomas visuales pueden ser diferentes: visión borrosa, parcheada, deslumbramiento, ceguera nocturna, visión en túnel, pérdida de contraste, alteración en la percepción de los colores…

Se puede decir que una persona tiene baja visión cuando tras la mejor corrección óptica, su agudeza visual es menor del 30% en el mejor ojo o si tiene un campo visual inferior a 20 grados. Sin embargo, en España, para que una persona pueda considerarse “ciega legal” su agudeza visual debe ser menor o igual al 10% o tener un campo visual menor o igual a 10 grados en el mejor ojo. Esto quiere decir que existen personas con discapacidad visual que, aunque no llegan a ser consideradas como ciegas, tienen graves problemas de visión y superando en número a las que sufren ceguera.

En España más de dos millones de personas tienen esta condición, pero menos del 5% han sido rehabilitadas. La cifra en la Unión Europea es de unos 20 millones, según la OMS. En los países desarrollados, 1 de cada 6 personas mayor de 65 años tiene baja visión y la proporción aumenta con la edad: 1 de cada 4 con más de 70 años, hasta 1 de cada 2 a partir de los 80. La baja visión está estrechamente relacionada con la esperanza y la calidad de vida

Vídeo para la concienciación sobre la baja visión (Retinosis Gipuzkoa Begisare)

Movimiento “Tengo Baja Visión”

En 2013 aparece el distintivo “Tengo Baja Visión” y campañas de difusión debido a la necesidad percibida por las organizaciones de discapacitados visuales del Estado de sensibilizar a la población sobre la existencia de esta condición. Estas campañas buscan hacer entender que la vista no es algo que simplemente se tiene o no se tiene, sino que existen puntos intermedios que a veces no pueden ser corregidos con medios ópticos, farmacológicos o quirúrgicos. Debido a que muchas veces las personas con baja visión pueden ser malinterpretadas e incomprendidas (ojos aparentemente sanos, pueden no usar gafas de sol o bastón pero tener dificultad para realizar movimientos o caminar y orientarse aunque no para leer…) aparece el distintivo “Tengo Baja Visión” para identificar a las personas que tienen este tipo de discapacidad visual como complemento a otros sistemas de soporte como el bastón (que normalmente se asocia a personas totalmente ciegas) y que permite que las personas con baja visión sean identificadas, visibilizadas y comprendidas.

Distintivo que utilizan las personas con baja visión

Este movimiento lo forman varias asociaciones de personas con discapacidad visual de toda España y cuentan con la colaboración de distintas ópticas e incluso la Gerencia del Área de Salud de Mérida.

Cualquier persona con baja visión puede solicitar el distintivo, que consiste en una chapa con un símbolo de un ojo verde aquí. Esta iniciativa no tiene ánimo de lucro y el precio de los distintivos es el de producción y envío.

Además del distintivo, se han desarrollado aplicaciones móviles que pueden utilizarse con gafas de realidad virtual para experimentar los distintos síntomas visuales que tienen las personas con baja visión y así concienciar a la población. También existe el Teléfono del Ojo, desarrollado por la Asociación Acción Visión España, para informar, orientar y asesorar no solo a las personas con baja visión, sino a sus familiares, cuidadores e incluso a profesionales sanitarios. Para solicitar información, sólo debemos marcar el número 900 900 505.

Vídeo explicativo acerca del Teléfono del Ojo (Acción Visión España)

Esta iniciativa se trata de un movimiento con presencia en toda España. En nuestra comunidad podemos obtener más información en las redes sociales a través de Retina Castilla y León y dentro de nuestra localidad, en Retina Salamanca.

¿Qué podemos hacer desde Atención Primaria?

Además de los estudios de agudeza visual en la infancia, desde Atención Primaria también se puede trabajar con pacientes adultos que tengan baja visión. Debido a que la mayoría de las patologías que derivan en baja visión lo hacen de forma progresiva, podemos preparar al paciente y a su familia para afrontar los cambios físicos, psicológicos y sociales que van a experimentar.

Para empezar, conviene que los pacientes acudan a revisiones tanto oftalmológicas como óptico-optimetristas periódicas para que se les prescriban ayudas visuales para mejorar de forma óptima el resto visual útil.

En la consulta, podemos dar los siguientes consejos:

  • Mantener una buena iluminación en casa y utilizar luz directa sobre las tareas que realiza. Por la noche se puede dejar encendida una luz de baja intensidad.
  • Para la lectura, utilizar libros y novelas con letras más grandes de lo habitual sobre un fondo más blanco (los libros electrónicos permiten ajustar el tamaño de la letra) y para escribir, utilizar bolígrafos negros para facilitar la lectura posterior.
  • Adaptar el entorno retirando obstáculos en los lugares de paso y retirar o fijar las alfombras al suelo. Colocar cintas de colores en los bordes de los escalones e instalar enchufes e interruptores de colores que contrasten con el de la pared.
  • Usar teléfonos y relojes que tengan números grandes.
  • Para comer, favorecer los contrastes: usar platos claros sobre manteles oscuros o platos oscuros sobre manteles blancos; así como servir la comida clara en platos oscuros y viceversa.

A las personas del círculo social y familiar del paciente recomendaremos:

  • Tenderles los objetos directamente en el mano o indicar lo que estamos haciendo.
  • Saludarles y presentarnos si ellos no nos saludan por la calle y avisarles de cuándo nos vamos, para que no se queden hablando solos.
  • No asustarnos si nos piden ayuda y escuchar sus indicaciones y peticiones, ellos preguntarán si necesitan más detalles.
  • Dirigirnos directamente a ellos, no a sus acompañantes.
  • No utilizar gestos para responder, usar principalmente el leguaje verbal y evitar palabras como “mirar”, “ver” u “observar”.
  • Es habitual que las personas con baja visión utilicen bastones blancos o perros guía. Si tenemos dudas sobre cómo ven, preguntaremos con naturalidad.

Para guiar a una persona con baja visión:

  • Ofreceremos nuestra ayuda si creemos que la necesitan.
  • Antes de agarrarles, les avisaremos para que no se asusten.
  • La persona con baja visión caminará un paso por detrás de nosotros agarrada de nuestro brazo.
  • Indicaremos cuando un paso se estreche moviendo el brazo que tienen agarrado hacia atrás.
  • Para indicar dónde está un asiento, llevaremos su mano al respaldo.
  • En presencia de escaleras y escalones, pararemos ligeramente y avisaremos de si suben o bajan.
  • Dar un buen margen a la hora de evitar obstáculos.
  • Evitar indicaciones como “aquí” “ahí” y decir preferiblemente “delante” “a la derecha”, “arriba” … También debemos evitar expresiones como “cuidado” para no asustar; en su lugar daremos información más precisa.

La baja visión es una condición intermedia entre la visión y la ceguera que pocas personas conocen pero que afecta a gran parte de la población, especialmente a medida que aumenta la edad. Por ello, desde atención primaria podemos preparar de forma precoz a nuestros pacientes con baja visión a afrontar esta condición, que cambiará su vida y la de su red social a través de consejos, herramientas de información y asociaciones de pacientes. Asimismo, es importante sensibilizar a la población acerca de este tipo de discapacidad visual y visibilizarla de una forma positiva aportando información útil tanto para los pacientes como para la sociedad.

Fecha de última modificación: 14/11/2019

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Día Mundial del Corazón: Riesgo Cardiovascular

El día 29 de septiembre se celebra todos los años el día mundial del corazón, para recordarnos que, según la OMS, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todo el mundo e informarnos de pequeños cambios en nuestra vida que podemos hacer para evitarlo y cuidar nuestro corazón.

Para detectar la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, es útil el cálculo del riesgo cardiovascular desde Atención Primaria. Estimar el riesgo cardiovascular nos permitirá detectar pacientes de riesgo y empezar a introducir de forma precoz cambios en su estilo de vida para prevenir estos eventos cardiovasculares.

Para la estimación cuantitativa del riesgo cardiovascular se pueden utilizar diferentes escalas como SCORE, la ecuación de Framingham, REGICOR o DORICA. La escala SCORE se confeccionó a partir de población europea, la ecuación de Framingham a partir de población estadounidense y tanto la escala REGICOR como DORICA, son adaptaciones de estas últimas a la población española siendo por tanto más sensibles al riesgo cardiovascular de pacientes españoles (especialmente DORICA).

Desde la aplicación Medora, utilizada en Atención Primaria en Castilla y León, podemos calcular fácilmente el riesgo cardiovascular de nuestros pacientes a través de las Guías Asistenciales. La aplicación nos redirigirá a una calculadora que nos permite conocer la puntuación de las cuatro escalas mencionadas anteriormente introduciendo los siguientes datos: Edad, sexo, presencia de diabetes mellitus, tabaquismo, colesterol total, colesterol HDL, presión arterial sistólica y diastólica y presencia de hipertrofia ventricular izquierda en el ECG.

Calculadora del Riesgo Cardiovascular disponible en el programa Medora

La Guía Clínica sobre Valoración y Tratamiento del Riesgo Cardiovascular de SACYL, recomienda calcular el riesgo cardiovascular de todos los pacientes ≥ de 40 años asintomáticos y a todos aquellos que presenten factores de riesgo relacionados con el riesgo cardiovascular (DM, tabaquismo, antecedentes familiares de ECV, HTA, hiperlipemia, obesidad…).

Una vez detectada la presencia de riesgo cardiovascular en un paciente, podremos elaborar un plan de cuidados de enfermería (bien personalizado o estandarizado) teniendo en cuenta la fase de motivación del Modelo Transteórico de cambio de Prochaska y Diclemente para establecer el tipo de intervención e información que daremos al paciente a la hora de abordar su situación de riesgo. En la Guía Clínica sobre Valoración y Tratamiento del Riesgo Cardiovascular de SACYL podemos encontrar un plan de cuidados de enfermería estandarizado para pacientes con riesgo cardiovascular con resultados NOC e intervenciones NIC centrados en cada fase motivacional.

Para reducir el riesgo cardiovascular de una persona, debemos intervenir en distintos factores de riesgo modificables:

  • Hábitos dietéticos cardiosaludables: Una dieta equilibrada que siga
    patrones de la dieta mediterránea, asiática, vegetariana o patrones de
    dietas occidentales modificadas con un consumo de alcohol controlado.
  • Actividad física: Realizar como mínimo 30 minutos de actividad física
    de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana en bloques
    de 10 minutos como mínimo. En caso de tener antecedentes de
    enfermedad cardiovascular, consultar con su médico antes de iniciar la
    actividad física.
  • Sobrepeso y obesidad: Reducción de la ingesta energética y aumento
    de la actividad física y terapia conductual teniendo como prioridad
    inmediata prevenir el aumento de peso y llevar un control de IMC y la
    circunferencia abdominal.
  • Deshabituación tabáquica: Valorar la dependencia a la nicotina y
    detectar en qué fase motivacional se encuentra el paciente. Es
    recomendable que el paciente reciba al menos un consejo breve y se le
    anime a dejar de fumar en consulta.
  • Modificación del perfil lipídico: A través de una dieta cardiosaludable
    y asegurando la adherencia al tratamiento farmacológico prescrito.
  • Control de la presión arterial: Nuestro objetivo será mantener los
    valores de PA <140/90 evitando el sobrepeso, aumentando la actividad
    física y con medidas dietéticas como la reducción de sal en la dieta y
    evitando el consumo de alcohol. También nos aseguraremos de correcto
    cumplimiento del tratamiento farmacológico.
  • Tratamiento anticoagulante y/o antiagregante: Desde la consulta de
    enfermería de AP evaluaremos la adherencia al tratamiento.
  • Pacientes con diabetes mellitus/ Síndrome metabólico: Son
    pacientes sobre los que haremos especial hincapié en las anteriores
    intervenciones, ya que además de ser factores de riesgo cardiovascular,
    también afectan al desarrollo de la diabetes mellitus y sus
    complicaciones, la cual es en sí otro factor de riesgo cardiovascular.

Detectar de forma precoz a los pacientes con riesgo cardiovascular desde la consulta de Atención Primaria, nos permitirá abordar rápidamente sus factores de riesgo. De esta forma, el paciente modificará sus estilos de vida y los mantendrá, reduciendo la posibilidad de sufrir eventos cardiovasculares, con la consecuente morbi-mortalidad que presentan.

Fecha de última modificación: 25/09/2019