QUÉ ES LA DIARREA AGUDA
La diarrea se define como 3 o más deposiciones al día con una consistencia líquida. En función de su temporalidad se puede clasificar en:
- Diarrea aguda: tiene una duración menor de 14 días.
- Diarrea persistente: tiene una duración entre 15 y 30 días.
- Diarrea crónica: en los casos en los que se prolonga más de 30 días.
Sin embargo, si atendemos a su presentación, la diarrea se puede clasificar en:
- Diarrea acuosa: es la más frecuente y está originada por virus y bacterias principalmente. También puede tener un origen funcional.
- Diarrea invasiva o disentería: cuando existe moco o sangre visible en las heces. Ocurre en casos de colitis isquémica o por infección de Echerichia Coli enterohemorrágica.
ETIOLOGÍA
La causa más frecuente de la diarrea aguda es la infecciosa. Las diarreas de origen vírico suelen cursar con cuadros transitorios con poca repercusión, mientras que las de origen bacteriano son, en general, cuadros de mayor gravedad (Salmonella, Campylobacter, Shigella, Echerichia Coli, Clostridium difficile etc.)
Es importante tener en cuenta que ante una diarrea que se prolonga en el tiempo, disminuye la probabilidad de una etiología infecciosa de la misma. De esta manera, es fundamental enfocar adecuadamente el cuadro de la diarrea llevando a cabo una historia clínica detallada del paciente, así como revisar la cronología de la enfermedad.
ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN
En la entrevista clínica que realizaremos al paciente recogeremos diferentes datos para obtener una buena anamnesis. Debemos preguntar a cerca de:
- Consumo de alimentos previos y cantidad de los mismos
- Exposición a fármacos: inmunosupresores, antibióticos o inhibidores de la bomba de protones
- Contacto con animales
- Entorno laboral: si se está en contacto con niños, ancianos institucionalizados etc.
- Viajes recientes o el lugar de procedencia del paciente
- Características y forma de presentación de la diarrea
- Síntomas acompañantes si los hubiera, como dolor abdominal, fiebre, náuseas o vómitos
- Existencia de comorbilidades asociadas
- Sospecha de inmunosupresión
En la exploración física del paciente debemos prestar atención a los signos de deshidratación o hipovolemia: controlaremos la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, los pliegues cutáneos, la sequedad de mucosas y los ojos hundidos.
En cuanto a la realización de pruebas complementarias, se ha visto que no siempre son necesarias. Además, su utilización dependerá también de los recursos sanitarios de la zona. Muchos de los cuadros de diarreas agudas no precisan mayores estudios por su resolución espontánea en un periodo corto de tiempo. En los casos de mayor gravedad, una analítica de sangre puede ser útil para valorar desequilibrios electrolíticos secundarios. Los coprocultivos no son siempre necesarios, ya que con una buena exploración física e historia clínica se resuelven la mayoría de los cuadros. El cultivo de heces está indicado solicitarlo cuando exista:
- Fiebre de más de 38,5 ºC
- Diarrea sanguinolenta
- Signos de hipovolemia
- Edad mayor de 70 años
- Comorbilidad: cardiopatía, enfermedad renal crónica
- Gestantes
- Diarreas de más de una semana de evolución
- Inmunosupresión
- Más de 8 deposiciones al día
- Determinadas profesiones como manipuladores de alimentos
TRATAMIENTO
El tratamiento de la diarrea aguda se basa en tres pilares: la hidratación y reposición hidroelectrolítica, el tratamiento sintomático y el tratamiento etiológico.
Hidratación y reposición hidroelectrolítica: la intervención más importante en los cuadros de diarrea aguda para prevenir la deshidratación es la correcta hidratación con la administración de soluciones de rehidratación oral (SRO). La rehidratación siempre que sea posible se hará por vía oral y de forma ambulatoria. La solución clásica de rehidratación oral (suero oral) se utiliza en todo tipo de paciente, independientemente de la edad. La SRO más adecuada y preferible es la que se distribuye ya preparada, aunque en los casos en los que no se puede acceder a ella se puede optar por preparados caseros:
- 1 litro de agua potable
- Bicarbonato: ½ cucharada de café
- Sal: ½ cucharada de café
- Azúcar: 4 cucharadas soperas
- Zumo de 2 – 3 limones
Tratamiento sintomático: en los casos de diarrea de gravedad leve o moderada, y siempre que no existan síntomas sugestivos de diarrea invasiva, pueden utilizarse fármacos que enlentecen el tránsito intestinal, como la loperamida, que es un fármaco que inhibe la peristalsis intestinal. (La loperamida no está indicada en caso de diarreas sanguinolentas o de componente inflamatorio. Su uso no está recomendado en niños: se ha demostrado que aumenta la gravedad y las complicaciones de la enfermedad particularmente en niños con diarrea invasora).
Tratamiento etiológico: como hemos comentado anteriormente, la mayoría de las diarreas agudas se resuelven de manera espontánea y no es necesario el uso de antibióticos. En los casos de gravedad descritos se realizará un cultivo de heces y el médico correspondiente podría pautar, a su criterio, antibiótico empírico. Es importante evitar la automedicación para la diarrea si no es por recomendación de profesionales sanitarios.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Los signos de severidad de una diarrea aguda que pueden precisar ingreso hospitalario son:
- Signos de deshidratación o hipovolemia
- Fiebre persistente mayor de 38,5 ºC
- Diarrea sanguinolenta
- Existencia de comorbilidades como cardiopatías o enfermedad renal crónica.
- Sospecha de inmunosupresión
POSIBLES COMPLICACIONES DE LA DIARREA AGUDA
- Deshidratación: manifestada por sequedad de la piel o de la lengua. Puede cursar con alteración del grado de consciencia (tendencia al sueño o muy inquieto). Aparece el signo del pliegue positivo (cuando al pellizcar un pliegue de la piel, este no regresa a su forma y queda “pellizcado” porque la piel pierde su elasticidad y turgencia).
- Insuficiencia renal (pre-renal)
- Sepsis, generalmente asociada a fiebre.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS
En el caso de las diarreas agudas, por la brevedad del cuadro, no suele ser necesaria ninguna intervención específica de soporte nutricional. Si hay que tener en cuenta las recomendaciones nutricionales habituales:
- Para evitar la deshidratación se aconseja beber líquidos abundantes (2-3 litros) en tomas pequeñas y frecuentes. Las soluciones de rehidratación oral comerciales son la mejor opción.
- A las pocas horas, si se trata de un caso leve, o a partir de las 24 horas si se trata de casos más graves, se iniciará una dieta astringente. Algunos alimentos astringentes son: el pan tostado (no integral), patata, arroz, zanahoria cocida, pescado cocido, pechuga de pollo sin piel cocida, jamón cocido sin grasa, plátano, manzana sin piel, yogur natural o membrillo.
- Se recomienda realizar comidas poco abundantes y frecuentes.
- Los lactantes deben ponerse al pecho o se les debe ofrecer el biberón con mayor frecuencia. No es preciso recurrir a fórmulas o diluciones especiales.
Bibliografía:
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San Ildefonso I, Bujanda L. Protocolos de actuación de enfermería en gastroenterología. Actuaciones de la enfermería en la diarrea aguda. p. 219 – 226. Disponible en: http://docplayer.es/106772609-Actuaciones-de-enfermeria.html
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