La Depresión, un objetivo de salud pública

El día 6 de octubre se conmemora el Día Europeo de la Depresión (DED).

En los últimos años dicha patología se ha convertido en un objetivo de salud pública debido a su elevada prevalencia y a las consecuencias que produce sobre la sociedad en términos de mortalidad, morbilidad y costes económicos y sociales.

La OMS calcula que afecta a más de 300 millones de personas y según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en los últimos 12 meses en España 39.069,7 personas han padecido depresión. Por lo que es la principal causa mundial de discapacidad.

La depresión consiste en un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por el sentimiento de tristeza, la pérdida de interés, sentimientos de culpa o falta de autoestima, junto con trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Estos síntomas están presentes casi todos los días, durante 2 semanas o más, dificultando la realización del trabajo o la capacidad para afrontar la vida diaria. Y en su forma más grave, puede conducir al suicidio.

Algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer una depresión son la insatisfacción con el trabajo, la percepción de mala salud física y/o mental, los problemas graves en personas queridas, la insatisfacción en la convivencia del hogar, tomar medicación para la ansiedad o el estres…

Herramientas para la detección:

Desde Atención Primaria podemos utilizar herramientas para detectar a aquellas personas que pueden padecer o estén en riesgo de desarrollar depresión, aunque no sirven para realizar un diagnóstico. Estas herramientas son:

Inventario de depresión de Beck:

Cuestionario autoaplicado de 21 ítems, con 4 opciones, que evalúa la gravedad/intensidad del síntoma de 0 a 3. Los puntos de corte 0-63. Según la puntuación la depresión puede ser:

0 – 13: Ausente o mínima.
14 – 19: Leve.
20 – 28: Moderada
29 – 63: Grave

PHQ-9:

Escala de 9 ítems que evalúan la presencia de síntomas depresivos presentes en las últimas 2 semanas, con un punto de corte de 10. Cada ítem tiene un índice de severidad correspondiente a: 0 =nunca, 1 =algunos días, 2 =más de la mitad de los días y 3 =casi todos los días.

Diferencia entre:

– Síndrome depresivo mayor (SDM): presencia de 5 o más de los 9 síntomas depresivos con un índice de severidad de “más de la mitad de los días, y que uno de los síntomas sea ánimo depresivo o anhedonia.

– Otro síndrome depresivo (OSD): presencia de dos, tres o cuatro síntomas depresivos por “más de la mitad de los días”, y que uno de los síntomas sea ánimo depresivo o anhedonia.

– Síntomas depresivos positivos (SD+): presencia de al menos uno o dos de los síntomas depresivos, pero no alcanza a completar los criterios anteriores.

– Síntomas depresivos negativos (SD-): no presenta ningún criterio diagnóstico “más de la mitad de los días” (valores < 2).

Escala para Depresión de Hamilton:

Presenta 17 ítems. Cada pregunta tiene entre tres y cuatro posibles respuestas, con una puntuación de 0-2 o de 0-4 respectivamente. La puntuación total va de 0 a 52. Los puntos de corte son:

0-7: No deprimido.
8-13: Depresión ligera/menor
14-18: Moderada.
19-22: Severa
>23: Muy severa

Cuidados de la depresión:

Una vez diagnosticada la depresión, dependiendo de la gravedad de los síntomas y su persistencia, el nivel de funcionalidad, la respuesta a las intervenciones previas y el contexto psicosocial, se recomienda:

Proporcionar un apoyo activo.
Promover una relación de colaboración entre el sanitario y el paciente, donde el paciente debe participar en el tratamiento.
Explicar al paciente en que consiste el trastorno, esto ayudara a facilitar un compromiso activo y estimula la adherencia al tratamiento.
Incluir las necesidades y los recursos de la familia en el plan de atención, ya que pueden proporcionar la red de apoyo que necesita la persona.

Además podemos proporcionar información sobre:

Actividad Física: Participe en actividades que lo hagan sentir bien y que realice ejercicio con frecuencia.
Dieta: Lleve a cabo una alimentación saludable.
Higiene del sueño: Establezca un horario para acostarse y levantarse. Intente relajarse antes de irse a dormir. Tenga un ambiente adecuado para el sueño. Evite dormir durante el día. Evite tomar café, nicotina o alcohol 6 horas antes de acostarse. Evite realizar ejercicio 4 horas antes de irse a dormir. No mire el reloj o compruebe la hora durante la noche. Use solo el dormitorio para dormir.

También podemos dar consejos como:

Intente hablar sobre las cosas que le preocupen.
Haga saber a su circulo social de su situación para sentirse libre.
Protéjase del estrés.
Disfrute de sus aficiones favoritas.
Cosas que no debe hacer: No se aísle, manténgase en contacto con sus seres queridos. No se culpe por padecer la enfermedad. No tome decisiones importantes para su vida. No espere hacer todo lo que normalmente hacía. No se desanime. No se rinda…

En conclusión la depresión es una patología cada vez más frecuente, en la que podemos actuar y ayudar a la persona que la sufre.